"¡Cabalguen jinetes de Rohan! ¡Éste será un día en que las lanzas y los escudos se rompan! ¡Un día de espadas! ¡Un día rojo! ¡Cabalguen... cabalguen... cabalguen hasta el amanecer y el fin del mundo! ¡Muerte, muerte! ¡MUERTEEEE! ¡Adelante Eorlingas!" gritó Sherezada a todo pulmón y levantando la espada hacia el cielo estrellado. Las llamas crepitaron y Ekaterina se acurrucó junto a Otto. "Los rohirrim estaban locos y corrieron en estampida con un fuego iracundo en los ojos, estaban imparables, no tenían miedo ¿para qué tenerlo si sus vidas ya estaban perdidas?"
Allí estaban todos, completamente pasmados y talvez hasta asustados por el relato de Julia. Ciertamente jamás verían una película si juntaran todas sus vidas, pero ésto era lo más parecido a ver una.
Fragmento de La Torre.
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